Estimados, ayer viernes 9 de octubre el venerable arquero Carlos nos arrojo la siguiente interrogante: Que busca un arquero?
Acaso la simbiosis absoluta con un elemento externo que propulsa un objeto hacia un lejano horizonte de seguro ínfimo o tal vez el mero entretenimiento temporal en compañía de buenos amigos.
Sin dudas, han de existir tantas respuestas como arqueros pululan en nuestra noble actividad.
Se esperan entonces, aportes menos influenciados por el espeso néctar que nos acompaño durante la charla que suscito esta reflexión.
Sin más, ni menos...
Sir Andrew.
EL DIA DEL ARQUERO
El día del arquero es sin dudas una de las celebraciones más populares dentro de la comunidad de este noble y ancestral deporte. El mismo se lleva a cabo en un sagrado recinto que congrega a los más excelsos tiradores y los reta a nuevos desafíos semana a semana. Por su épica y pintoresca condición, este espacio es sin dudas un lugar ideal para la comunión de amigos, bebidas y flechas. He aquí una humilde bitácora de los sucesos que en estos encuentros trascurren...
Postales del DdA!
Bienvenido arquero! He aquí el mítico día que celebra nuestra hermosa actividad!
Pregunta difícil que no tuve la suerte de presenciar. Siempre es más fácil hablar, la spalabras se las lleva el viento y los vapores del brebaje que nos une, en cambio los escritos nos sobreviven.
ResponderEliminarPuedo hablar desde mi y por mi, nada más. Cada vez que entro al Halcón Peregrino voy a buscarme. A ver dónde estoy, cómo estoy. Y las flechas me lo dicen, y no porque vayan o no al centro, al globo o a la botella que vació Lautaro. Sino por la conjunción del todo. Del esfuerzo para tensar el arco, por cómo siento la cuerda en la mano, por cómo se sostiene el brazo de adelante, por cómo se suelta, por cómo vuela la flecha. Por el sonido al salir, al llegar. Si hay conexión entre el arco, la flecha y yo ahí estoy, ahí me encuentro, entonces nada cuesta esfuerzo alguno y la flecha va donde quiere que es donde quiero, donde tiene que ir, no tiene opción. Eso busco, sin buscar. Encontrarme casi sin querer.